No hay lugar a dudas de que a causa del cambio climático y del calentamiento global del planeta, el cuidado del medio ambiente es hoy día uno de los temas más candentes de la actualidad, no sólo en las agendas políticas, estando cada vez más los gobiernos de la mayoría de naciones implicados en buscar una solución al problema de la contaminación ambienta, sino también en las conversaciones cotidianas de los ciudadanos. Una de las dudas es que contamina más el coche eléctrico o de combustión. Veamos…
En este sentido, la apuesta por las energías renovables y la reducción de plásticos y emisiones de CO2 centran las preocupaciones de la ciudadanía en general. De este modo, la apuesta por coches híbridos y eléctricos es cada vez mayor, tal y como expusimos recientemente en otro artículo de nuestro blog analizando sus diferencias.
Con la prevista implantación del vehículo eléctrico en 2040 -en el caso de España- muchos son los debates que se están suscitando en la sociedad. Muchas veces, dichos debates se encuentran azuzados por los intereses económicos de los partidarios de los coches eléctricos o bien por los de motor de combustible derivados del petróleo, que ven en la introducción de los modelos eléctricos toda una amenaza para el futuro de su sector.
Según un informe de este año de la consultora Ernst & Young, los plazos estimados por gobiernos y muchos analistas se habrían quedado cortos y el final del motor de combustión está cada vez más cerca.
Dicho informe aventura, además, que en el plazo de 12 años, se venderán más coches eléctricos que de combustión: gasoil, gasolina e híbridos, en los principales mercados del automóvil como Europa, China y Estados Unidos.
Eléctrico vs gasolina y su huella medioambiental
Ahora, un nuevo informe de Volvo, del pasado 8 de noviembre, ha vuelto a sembrar el debate, esta vez centrado en una comparativa entre los gases contaminantes emitidos por un volvo C40 Recharge eléctrico y un volvo CX40 de gasolina a lo largo de toda una vida útil de 200.000 kilómetros.
Este informe no viene más que reforzar las conclusiones extraídas por múltiples estudios, que han demostrado ya que la contaminación total de un coche eléctrico es menor, aún contando con la producción de la batería, que la de un coche de combustión equivalente.
En el estudio referido de la compañía automovilística sueca se comparan los datos de emisiones relativos a las materias primas, los procesos de producción necesarios, la cantidad de combustible utilizado a lo largo de una vida útil de 200.000 kilómetros y su destrucción final.
Para empezar, es evidente que los vehículos eléctricos contribuyen a disminuir la polución de las ciudades, al carecer de tubos de escape que emitan gases. Sin embargo, sí tienen un impacto indirecto dependiendo de la forma en que se genere la electricidad con que se alimentan.

Como se deduce de la gráfica, tres escenarios son analizados por Volvo: el mix mundial (que depende mayormente de la quema de combustibles fósiles), el mix europeo (EU-28) y la energía eólica 100% renovable.
La clave: la contaminación a lo largo de la vida útil del coche
De este modo, las emisiones de dióxido de carbono para producir un C40 Recharge son un 70% superiores a las del XC40 térmico, debido en gran medida a su proceso de fabricación. Empero, una vez recorridos varios miles de kilómetros, las emisiones del eléctrico comienzan a ser mucho más benignas medioambientalmente hablando.
En el caso de recargarlo con energía 100% renovable, es a los 49.000 kilómetros cuando se alcanza el punto de ruptura con respecto al modelo de gasolina. 77.000 km en el caso del mix europeo, y 110.000 km si hablamos del mix mundial.
El informe concluye rotundamente en que, recorridos 200.000 km, la huella de carbono del coche impulsado por electricidad será siempre menor a la de un modelo de combustión. Incluso en el caso del mix mundial, la contaminación llega a reducirse hasta un 15%.

En resumidas cuentas, la fabricación de un vehículo eléctrico es más contaminante, pero se compensa a lo largo de la vida útil del mismo, según acredita Volvo en su informe. Efectivamente, la producción del coche y su refinado genera 18 toneladas de CO2, un 43% del total del vehículo (si es con el mix europeo), de los cuales la mayor parte es producida por la utilización de aluminio y acero así como la producción de la batería.
La polémica tras el informe de Volvo
Como cabía esperar en nuestra era digital, este informe ha sido utilizado por el lobby del petróleo para sus propios intereses, apareciendo rápidamente las llamadas “fake news”. En titulares tergiversados de tabloides sensacionalistas poco tardaron en aparecer afirmaciones como “Volvo dice que un coche eléctrico necesita casi 200.000 kilómetros para compensar el CO2 que se emite en su fabricación”. Evidentemente, los detractores de la electromovilidad no tardaron en compartir esta falsa información haciéndola viral.
Sin embargo, tal y como hemos podido comprobar en este artículo, y como se desprende de la lectura y análisis pormenorizado del informe de Volvo Cars, nada más alejado de la realidad.
Implicación de gobiernos y autoridades
En conclusión, la optimización del coche de motor eléctrico y la consecuente mejora en el medio ambiente de nuestras ciudades depende en gran parte del origen de la energía utilizada para su fabricación. Sin una infraestructura energética 100% limpia es imposible garantizar la fabricación de vehículos eléctricos de la forma más ecológicamente sostenible, reduciendo de forma importante la contaminación atmosférica.
Por ello, Volvo ha apostado por la energía 100% limpia en sus dos plantas europeas de Torslanda (Suecia) y Gante (Bélgica), animando a autoridades y gobiernos a invertir en energías libres de emisiones, lo cual aumentará ostensiblemente la sostenibilidad del coche eco y por ende redundará en la lucha contra el calentamiento global y la mejora del medio ambiente y en la mayor calidad de aire que respiramos.
Como ya comentamos en otro artículo de nuestro blog, la creación de las etiquetas medioambientales es un primer paso para discriminar positivamente los vehículos cuya contaminación al circular es inferior o nula. La etiqueta azul corresponde a los coches eléctricos e híbridos.
Por otro lado, aunque el renting de coches para particulares está en crecimiento, no es menos cierto que la infraestructura de puntos de recarga en España sigue siendo insuficiente.
En Destiners somos conscientes de la cada vez mayor demanda del coche y suv eléctrico de renting, ya que cada vez gozan de más km de autonomía. Por ello, entre la amplia gama de vehículos de la que dispone Destiners, puedes encontrar modelos de coches de renting eléctricos como el Peugeot e-208, el Mercedes-Benz EQV, o el Porsche Taycan.